Barcelona, que se ha convertido en una especie de laboratorio para intervenciones urbanas progresistas, pronto podría ofrecer un estudio de caso vital sobre la eficacia de los árboles. Según su “Plan Director de Árboles”, la ciudad española pretende cubrir el 30% de su territorio con una variedad de especies resistentes al clima para 2037. Hoy en día, encinas, pinos carrasco, plátanos, cipreses y otras especies resistentes ya bordean las calles y nuevas “< a href="https://www.barcelona.cat/pla-superilla-barcelona/es" target="_blank">superilla,” o supermanzanas, que son esencialmente caminos recuperados que se han convertido en plazas públicas arboladas. Sólo un puñado de las 503 supermanzanas planificadas se completaron a tiempo para este agotador verano español, aunque la ciudad planea terminarlas todas para finales de la década.
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